viernes, 20 de mayo de 2011

EL EXPOLIO IMPUNE





Todos sabemos qué es lo que pretende un ladrón de guante blanco al robar un Miró.
El chantaje o los fructíferos negocios en el mercado negro, son algunas de las opciones que se plantean, pero ¿Qué le pasa por la cabeza a alguien para robar dos bloques de sillar en una iglesia prerománica?
Como dice el refrán popular  “teme antes al tonto que al malvado”, y es que la ignorancia es muy atrevida.
Si los sucesivos expolios en la ermita de Quintanilla de Las Viñas fueron obra de un vándalo común, las autoridades y la comunidad en general, deberíamos avergonzarnos de que alguien con tan pocas luces nos arrebate un pedazo de nuestro patrimonio cultural con tanta facilidad. Si por el contrario el robo fue cometido por ladrones más selectos deberíamos ponernos a su altura y plantearnos sofisticar nuestros métodos de protección.
Al admirar un legado como el de Quintanilla de Las Viñas, no sé ustedes, pero yo me siento abrumada por su belleza y no concibo el hecho de que alguien tenga la sangre fría de destruir algo único. Se puede reemplazar una chaqueta, unos zapatos, incluso un diamante, pero no se puede reemplazar la historia. Esa es una lección que deberían enseñar en la escuela de vagos y maleantes.
Lo terrible del asunto, es la ausencia de escarmiento. No es la primera vez que se suceden los hurtos en esta iglesia pero nuestra buena fé o quizás nuestro orgullo nos impide tomar medidas más drásticas. Y si las tomamos, son del todo desacertadas. Tras el robo de los bloques, se decidió reemplazar algunas de las piezas más valiosas por copias. Y yo planteo, ¿No será más razonable reforzar la vigilancia en vez de privar a la población de admirar la obra original?
Uno no paga por ver la réplica del David de Donatello, que se encuentra en la calle, a las puertas del museo que alberga el verdadero. Del mismo modo, tampoco es lícito acercarse hasta el enclave donde se encuentra esta ermita para admirar bloques falsos.
La solución no es la réplica, observen si no el lamentable espacio que han creado en torno a las cuevas de Altamira, donde pretenden hacernos pasar diez metros de papel pintado y una barandilla metálica como la copia más exacta de la cueva original. No, la solución no es esa, la solución es el compromiso. Esa palabra cuyo significado desconocen la mayor parte de nuestros mandatarios pero que no dudan en colocar descaradamente en sus eslóganes electorales.
Quintanilla de Las Viñas no es la iglesia más deslumbrante ni pomposa de Europa, pero merece seguir siendo apreciada por sus pequeños detalles. Esos que han perdurado siglo tras siglo.

Señores consejeros de educación y cultura, miren por el futuro de nuestro patrimonio, o acabaremos observando cada cuadro y escultura en modernos botes de formol.

Entrevista a Lena Iglesias, profesora de Historia del Arte.

                                            Lena Iglesias, profesora de la Ubu


“Quintanilla tiene un enorme valor, lo decimos objetivamente, no sólo porque se encuentre en Burgos”

Acudí a mi cita con la doctora en Historia del Arte, Lena Iglesias. Unos escasos tres minutos separaron el momento de mi llegada, de la hora acordada. Esto fue más que suficiente para que se dibujase un mohín de desaprobación en su rostro. Iglesias es rigurosa, pero justa, así se muestra ante mí, y así la describen los alumnos que han pasado por su aula. Charlamos hoy con ella sobre una de las obras más importantes de Castilla y León; la ermita de Quintanilla de Las Viñas.

Primeramente, como profesora de historia del arte en la universidad de Burgos, me gustaría que nos hablase un poco de la presencia de la ermita de Quintanilla de Las Viñas en los temarios de los estudiantes de Humanidades?
L.I Quintanilla de las viñas se incluye como una pieza significativa del arte de la edad media más antigua. Se sitúa en el tránsito entre arte paleocristiano, y una nueva corriente de arte más orgánico, donde todo se integra. Ocupa un lugar preeminente.  Y no lo digo  solamente porque esté en el entorno burgalés. A niveles de la península es una pieza muy singular de la creación del arte visigodo.
Para todos aquellos estudiantes que visiten la ermita fugazmente, o para  los que hagan una valoración superficial de ella y la encuentren austera, y de tamaño reducido; explíquenos  brevemente el por qué de su gran valor artístico e histórico.
L.I Tiene dos grandes características que le otorgan un gran valor, por un lado  su importancia histórica, debido a su antigüedad, y por otro lado es de gran valor porque se sitúa en una etapa donde se han conservado pocos testimonios, hay una tremenda escasez de obras en esa época. El valor artístico viene dado por varias características. La primera de ellas es su vinculación al mundo monacal. Representa una colonización de la zona centro-este de burgos en una etapa de gran inseguridad. Está inmersa en un paisaje de pequeñas explotaciones agrarias. Y por otra parte está ligada a  una comunidad religiosa que busca como mejorar su entorno.
¿Podría hablarnos de las influencias bizantinas de la iglesia?
L.I Pienso que la ermita es un lugar de encuentro de culturas, principalmente de la cultura clásica romana y la bizantina. Las influencias bizantinas se centran en los niveles escultóricos. Se observan en la propia organización jerarquizada.. Lo que ocurre es que la plástica de Quintanilla se halla un tanto alejada de lo que es natural en Bizancio, es decir los motivos vegetales. Hay un profundo simbolismo, en la luna y el sol. También tenemos a Cristo como símbolo de permanencia y la vid como elemento natural que nos alegra y nos nutre.  
 Los elementos decorativos,  relieves y anagramas de Quintanilla de las Viñas han dado lugar a numerosos estudios e incluso tesis doctorales.  ¿Con qué interpretación se queda?
L.I Me quedo con la duda. Realmente da la sensación de que quedaron piezas que pudieron ser talladas en etapas siguientes. El anagrama tiene aspecto más moderno, según los expertos se podría referir a la reconstrucción en el siglo nueve. Pero todo esto está escasamente investigado. Debió haber distintas intervenciones sucesivas. Pero yo no estoy en condiciones de afirmarlo, eso deben decirlo los investigadores.
¿Considera la ermita de Quintanilla de las Viñas uno de los testimonios artísticos dentro de la península en los que se aprecia de forma más clara las características del arte visigodo?
L.I Sin lugar a dudas. Junto a San Pedro de la nave, son las dos construcciones más maduras del arte visigodo. La diferencia está en que San Pedro de la Nave ha sido trasladada y se ha reinterpretado en cambio Quintanilla es la última creación visigoda en un periodo de tránsito, y se conserva in situ. Eso tiene un gran mérito, así como los informes tras las excavaciones que reflejan una ocupación romana. Le repito, tiene un enorme valor, y lo decimos objetivamente, no sólo porque se encuentre en Burgos.
Según muchos estudios Quintanilla de Las Viñas en sus orígenes era un conjunto monacal, el hecho de que no se conserven íntegras todas las estancias,  ¿Dificulta mucho el estudio de esta obra? 
L.I Esto es como Atapuerca, cualquier pequeña cosa es de valorar y  es de suponer que lo que hemos conservado son los restos más significativos. La iglesia refleja el estado más avanzado de ocupación monacal, todo ese entorno vacio estuvo ocupado por patio claustral, pero todo lo suponemos. Ese relativo alejamiento en torno al propio nucleo pone de manifiesto el carácter monacal. Le nutre por el desarrollo del monasterio. Pero en fin, nos basamos en hipótesis.
 Volviendo al ámbito docente, ¿Cómo ves la inclusión de esta obra en la PAU?
 L.I El arte prerrománico visigodo es parte del temario de selectividad, y por supuesto una de las obras cumbres es Quintanilla de las Viñas. En Castilla y León con más razón debe incluirse.
Las autonomías intentan transmitir conocimientos generales y particulares del patrimonio. En este segundo bloque se incluye la ermita. En Castilla León y Portugal es donde permanecen los restos más significativos de arte visigodo, sería un error no incluir estas obras en los temarios de secundaria.
Por último, los ayuntamientos por norma general no suelen considerar la promoción del arte y la cultura como su principal prioridad. ¿Consideras que Quintanilla de Las Viñas está suficientemente valorada por las instituciones de la provincia y de la comunidad autónoma?
L.I SÍ. El ayuntamiento cumple, lo que ocurre  es que monumentos aislados como este tienen la dificultad de que deben contar con un guía a pie de obra,  y hay que tener vocación, algo que no abunda. A veces las visitas son incompletas, el guía se tiene que desplazar. Las instituciones en principio tienen respeto, y los planes urbanísticos procuran respetar obras como esta. Es la dificultad de acceso lo que provoca que no vengan grandes oleadas de visitantes. Eso tiene una parte negativa y positiva. La obra se conoce menos, pero no se convierte en un circo mediático para turistas.

Un poco de humor

Quintanilla; lugar de enigma y misterio


Es una de las pocas ermitas que se conservan del período prerrománico y a pesar de los numerosos estudios y tesis que se han publicado sobre la obra, sigue siendo sinónimo de enigma y desconocimiento para los expertos más afamados en historia del arte.
Recientemente se han hecho públicos algunos hallazgos fruto de las excavaciones realizadas en el lugar, pero sus anagramas e inscripciones son una fuente inagotable de polémica y divergencia de opiniones. La grafía y la historia que desprenden sus muros han dado pie a un sinfín de hipótesis. Hoy, vamos a intentar descubrirles las principales. 

Un poco de historia
La iglesia data de finales del siglo VII, aunque algunos historiadores afirman que su construcción se finalizó en el siglo VIII, pero la primera constancia exacta está confirmada por un documento del año 879 del Cartulario de San Pedro de Arlanza relativo a la restauración de la iglesia, por parte de Gundisalvo Telliz, conde de Lara. Además en uno de los capiteles del ábside se alude a los benefactores de su refundación y a la restauración que comentamos. Se habla de Flamola, esposa de Gundisalvo Telliz. Durante la Edad Media dependía del monasterio de Arlanza. Parece ser que la iglesia se mantuvo en pie hasta el siglo XIV, momento el cual y por haberse desplomado con anterioridad, al abad de Arlanza mando retirar de allí los restos de varios familiares de los condes de Castilla.  
 
 
Comienza el debate: Quintanilla: ¿Sabemos de qué época hablamos?
Hemos apuntado ya que la iglesia está ubicada en la región de Lara y durante la edad media dependió del monasterio de San Pedro de Arlanza, pero según algunos expertos en el siglo X recibió una donación en forma de tierras por parte de la condesa Muma Donna y sus hijos; esta referencia documental lleva a clasificarla habitualmente como monasterio femenino visigodo. Sin embargo los responsables de las excavaciones oficiales alegan que no hay argumentos sólidos que certifiquen esa hipótesis, y que esa teoría no hace sino complicar la extensa polémica sobre si debe datarse en época visigoda o mozárabe.


 LOS RELIEVES DE LA DISCORDIA
La decoración de la iglesia de Quintanilla es uno de los aspectos de más interés dentro de la obra. La interpretación de muchas de las imágenes de la ermita ha sido origen de numerosas controversias. Algunos apuntan a la teoría de que perteneciesen a la corriente cristiana más ortodoxa, mientras que otros aluden a la posibilidad de que corresponda a un último brote de la herejía arriana o a que se trate de inscripciones gnósticas.
Las fuentes institucionales del municipio consideran más probable la opción cristiana, que relaciona a los cuatro primeros bloques con las representaciones astrales y humanas de Cristo y su Iglesia, según las antiguas tradiciones cristianas que define San Isidoro en su "Tratado de la naturaleza", formando las otras tres una especie de primitivo Pantocrátor por encima del arco triunfal. Aseguran además, en este caso sin atisbo de duda, que toda la decoración es de la época de la construcción de la iglesia y, por lo tanto, toda ella visigoda de finales del siglo VII excepto quizá la inscripción dedicatoria interior que podría ser del siglo X.

La ermita discreta


Desde el Barroco hasta Andy Warhol, hemos ido observando el triunfo del color, de lo llamativo, de lo kitstch (que dirían los posmodernos) Sin embargo, obras como la iglesia visigoda de Quintanilla de las Viñas o San Pedro de la Nave, han quedado sistemáticamente relegadas al ámbito de la tediosa visita académica, donde los niños observan un testimonio artístico único mientras se afanan en abrir un paquete de “phoskitos”.
Quintanilla de las Viñas no es una catedral de Notre-Dame, tampoco un Picasso lleno de histrionismo. Y a pesar de todo los expertos la catalogan como una de las obras de referencia a nivel nacional e internacional. ¿No deberíamos prestarle un poco más de atención, con mayor motivo debido a su proximidad geográfica? ¿Por qué unos simples bajorelieves en piedra han suscitado más de 1000 estudios? ¿Qué significado tienen esos enigmáticos anagramas? Las respuestas a todas estas preguntan son la clave del hechizo que hace de una obra tan aparentemente sencilla y discreta, todo un emblema en el mundo de la historia del arte.
Bien es cierto, que el acceso a la ermita no es fácil. Tampoco las instituciones políticas se han esforzado demasiado en publicitar la obra, pero no cabe duda de que es preciso acercar el patrimonio artístico de la zona a los jóvenes, y por qué no, a los adultos más rezagados. Este es el fin de esta edición especial.
Cada año miles y miles de visitantes se jactan de haber visitado Atapuerca. Está muy claro el avance para la humanidad que suponen esos yacimientos, pero ¿Por qué se aprecia tanto el patrimonio científico y no el artístico?
La ermita de Santa María posee piezas únicas, al igual que Atapuerca, supone un vestigio de una era ya extinta, igual que Atapuerca, y es testimonio de una forma de vida antiquísima, en efecto, igual que Atapuerca. Entonces, ¿Por qué no se le reconoce de una vez por todas de la misma forma?
Debemos dilucidar de una vez, si el problema se debe al nivel cultural del país o a mera ineficacia administrativa. Si la falta de visitantes se debe a la primera cuestión, no cabe duda de que tiene complicado arreglo, sin embargo, si se debe a lo segundo, la comunidad de Castilla y León puede y debe trabajar para subsanar esas trabas administrativas.
Flaco favor le hace a la iglesia el reducido horario de visitas. Tampoco estaría de más ampliar el número de guías, pues dejar el peso de una obra como ésta en manos de una sola persona, es cuanto menos temerario. Por otra parte la implantación de una mayor vigilancia es extremadamente urgente para no tener que lamentar después expolios como los que han venido sucediendo a lo largo de los últimos años en la ermita.
Los artículos que vamos a dedicar desde este espacio a esta obra de arte pretenden ser la mecha que encienda el interés por el arte en general, y por esta ermita en particular.  Porque las mejores esencias vienen en frascos pequeños, y porque las mejores obras de arte son las que no aparecen en los folletos turísticos, visite Quintanilla de Las viñas.